delante mi madre
no me digas na
que a mí me habla muy malamente
cuando tú te vas
no llamarme a la puerta
no llamar, por Dios
que la gitana adentro vivía
por mí se murió
eran dos días señalaítos
de Santiago y Santa Ana
le rogué a mi Dios que le aliviara las ducas
de mi corazón