dormía un jardinero a pierna suelta
dormía y se dejaba, vaya que sí, la puerta abierta
hasta que un día le robaron la rosa
que más quería
ay, ¿qué me has hecho?
guárdame los limones
que tienes en el pecho
al atravesar un barranco
dijo un negro con afán:
Dios mío, quién fuera blanco
aunque fuera catalán
dulce de piña
y también de guayaba
y a eso de la medianoche
para qué me llamabas
levántate Baldomera
a tomar el café sabroso
metido en la cafetera
hecho con agua del pozo