ven acá tú, mujer del mundo
convencete a la razón
que no hay un hombre en la Tierra
que sea tan fijo como el reloj
Dios, con ser Dios le temió
a la muerte que viniera
y yo por ti perdería
cien vidas que tuviera
y si no es verdad
que Dios me mande la muerte
si me la quiere mandar