a mí me gusta por la mañana
después del café bebido
pasear por Las Habanas
con mi tabaco encendido
luego me siento en mi silla
en mi silla o silletón
y saco yo un papelón
de esos que llaman diario
y parezco un millonario
de esos de la población
aquí la malanga crece
rico manjar suculento
y al rumor del blando viento
la rica caña se mece
el ajónjoli parece
rica alfombra peregrina
y el mamey que se reclina
hacia la enramada que toca
es dulce como la boca
de mi angélica Rufina