por el canal de tu pecho
bajaban doce galanes
tres Franciscos, tres Antonios
tres Manueles y tres Juanes
para esos doce galanes
necesitan doce damas
tres Franciscas, tres Antonias
tres Manuelas y tres Juanas
a la noche, a la medianoche
un galán me echó un requiebro
creyendo que era una dama
y era un gato blanco y negro
que estaba en una ventana