a mí me han leído el sino
y al escucharlo temblé
qué cosas tú no me dirías
que aborrecí tu querer
aunque tú vengas de rodillas
vestidita de nazareno
y pegues las tres caídas
en tu palabra no creo
que yo me voy a la capilla
a contarle a mi Jesús
las duquelitas que yo estaba pasando
la culpa la tienes tú
me siento y vuelvo a pensar
la duquelitas que yo estaba pasando
y no me han servido de nada
valiente gitana
como tu cara no tiene fin
yo te camelo como a mis carnes
vente conmigo a vivir
cuando tú me eches de menos
vas a venir en busca mía
como un caballo sin frenos
a la revolvé
el cigarrito te se apague, primo
y no lo vuelvas a encender
hice un tratito contigo
la firma la tiré al mar
eran los peces testigos
de nuestra conformidad
no me lo merezco yo
adorar, primita, a tu persona
como aquél que adora a Dios