yo estaba ciego y no veía
ya se me quitó la venda
gracias al Cielo
que tan ciego me tenía
de por Dios yo a ti te lo estaba pidiendo
yo te lo ruego a ti de por Dios
cuando me veas por la calle
triste y abatido
tú no me digas adiós
subí al Cielo y hablé con Dios
yo hice escriturita con Dios
que el día que tú te mueras
con lo que te camelo
me tengo que morir yo
y hasta las claritas del día
me la dejabas entreabierta
entrañas de mi cuerpo
porque la puerta crujía
cuando tú a mí me echaras de menos
te tienes que volver loca
vas a venir a buscarme
como un caballo sin freno
y el pedazo de pan que te comas
te va a servir de veneno
dinero
yo a ti nunca te había pedido nada
quiero que vengas a verme
de tu propia voluntad