Cuando voy de retiro cuando acaba el día
me encuentro con Larra Le canto. «¡Un placer!»
y cuando visito La Botillería
viejos y galanes- me vienen a ver
Espronceda me suele decir madrigales
es tal el alcance de su admiración
y toítos me dicen muy sentimentales
«Doña Mariquita de mi corazón»
En el Madrid romántico
no se oye otra canción
«Mariquita, Mariquita
Doña Mariquita
ay, Doña Mariquita
de mi corazón.»