que desgracia es la mía
hasta en el andar
que los pasitos que daba pa alante
me se venían atrás
se le había lograo el gusto
a esa malina lengua
¿Cómo permite Undebé del cielo
que rabiando muriera?
Dolores, Dolorosa mía
en un laíto de mi corazón
te llevo metía