se lo he pedido llorando
al Cristo de la Humildad
que este querer que te tengo
me lo acabe de quitar
mi madre me lo advirtió
que a ningún forasterito
yo le diera conversación
que pasaras y no me hablaras
si yo no como ni bebo
con mirarte yo a la cara
a voces te estoy llamando
y a la gente tú le dices
déjalo morir rabiando
tiene mi serrana
la carita como una rosa
cuando despierta por la mañana