Sevilla, tú no hagas caso
de las caricias del río
que el río es galán de paso
para firme amor el mío
que los amantes
cuando existen distancias
para olvidarte
y el río Guadalquivir
se quejaba una mañana
me tengo que decidir
entre Sevilla y Triana
y yo no se dónde acudir
ay, quién pudiera
fundir en un pefume
menta y canela
en las cosas del querer
nada tiene explicación
porque el corazón se monta
encima de la razón
sueña con ser bailaora
y a la una
le estás haciendo
un traje blanco de cola
tú me besas la boca
y yo te muerdo en los labios
y me ruegas y me lloras y me suplicas
y tu vida es un agravio
¿qué culpa tengo yo
de que te quiera y tú me quieras?
es imposible
porque yo en mi corazón no mando
la noche se va
porque la montaña
se había tragado al sol
en la montaña se oye
un eco de gemidos
y era el viento
que había quebrado un junco
que ya estaba, prima, florecido
voy soñando con tus besos
por el Callejón del Agua
no despertarme del sueño
campanas de la Giralda
y es que en amores
las caricias soñadas
son las mejores
de terciopelo negro
son las pestañas negras
de una gitana
que yo camelo