al son de las roncas trompetas
los tambores destemplados
y a la voz de un pregonero
el Sol claro se ha eclipsado
por la muerte del Nazareno
Pilatos por no perder
el destino que tenía
firmó sentencia cruel
sobre el divino Mesías
y lavó sus manos después
yo no te obligo, gitana
de que me quieras a la fuerza
si no es de tu voluntad
y lo que a ti te parezca
yo soy como aquel buen viejo
que los moros cautivaron
por muchos martirios que le dieron
nunca olvida su rosario
hasta el olivarito del valle
acompañé a esta buena gitana
y yo le había echaíto mi brazo por encima
la miré como a una hermana