anda y pregúntale a un sabio
cual de los dos supo más
el que comió de sus carnes
o el que publicó su mal
el que publicó su mal
por de pronto sintió alivio
y el que comió de su carne
se dió tormento a sí mismo
de qué me sirve llorar
ni pasar por tí quebrantos
si nunca vas a ser mía
como Dios no haga un milagro