Era un jardín sonriente
era una tranquila fuente de cristal
Era a su borde asomada
una rosa inmaculada de un rosal
Era un probe jardinero
que cuidaba con esmero del vergel
Y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro para él
Y a la orilla de la fuente
un caballero llegó
y a la rosa dulcemente
de su tallo la cortó
Y al notar el jardinero
que no estaba en el rosal
cantaba así plañidero receloso de su mal:
Rosa, la más delicada
que por mis manos cuidada siempre fue
Quien te quiere bien te ama
con fe y con ternura igual
¿Quién te cortó de la rama
que no estás en el rosal?