válgame Dios y no le temes
ni a la ira de Undebé
y sin embargo te asustas
flamenca, de mi querer
acuérdate, prima, cuando entonces
bajabas descalcita tú a mí a abrirme
y ahora ya no me conoces
yo pasé por Triana un día
y yo vi la Torre del Oro
que campana no tenía
yo le estoy rogando a mi Dios
que me alivie las duquelas
que tiene mi corazón