vereda del camino
van dos gitanas
una se llama Rosa
y la otra Juana
y en la cintura
con su cántaro de agua
y yo con mi borriquillo
como buen gitano
las llevo a su casa
¿por qué no dejas que la gente hable?
que más hablaron de Dios
siendo del mejor linaje
debajillo de mi toldo
yo me ponía, primita de mi alma, a hacer mis canastas
para yo darle de comer
a mi niño de mi alma
el corazón herido
por ti me duele el alma
porque yo estoy convencido
gitana, de que me engañas
qué chaquetilla más chula
qué bonito tiene el corte
dime con el pensamiento
donde te metiste anoche
con azuquita, con canela
perejiles y hierba buena
y de la casa, de la yaya
para que sean, omaita, la más buena
qué mala noche ha llevado
mi niña la Rafaela
que no ha podido dormir
y la noche ha pasado en vela
dejadla, dejadla que duerma
dejadla, dejadla dormir
la despertarán los gallos
cantando el quiquiriquí
en lo que me entretengo
cuando estoy triste
en oler la rosa
que tú me diste
y aunque esté seca
recuerdo aquellos tiempos
que anduvo fresca
porque los celos
si no saben llevarse
te matan por dentro
el querer que se oculta
bajo el silencio
hace mayores estragos
dentro del cuerpo