se le había cumplido el gusto
a esas malinas lenguas
como permita que las maldiciera Undebé de los cielos
y que rabiando murieran
y en este rinconcito
dejarme llorar
que se me ha muerto la madre de mi alma
y no la veo más
oleaditas, madre, de la mar
qué fuertes venéis
os habéis llevado a la madre de mi alma
y no la traeis
ya viene la requisa
ya suenan las llaves
y a mí me llora mi corazoncito
gotitas de sangre