ya esta sobre la piedra Ignacio el bien nacido
ya se acabó
¿qué pasa?
contemplad su figura
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro
ya se acabó
la lluvia penetra por su boca
el aire como loco deja su pecho hundido
y el amor, empapado con lágrimas de nieve
se calienta en la cumbre de las ganaderías
¿qué dicen?
un silencio con hedores reposa
estamos con un cuerpo presente que se esfuma
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo
¿quién arruga el sudario?
no es verdad lo que dice
aquí no canta nadie
ni llora en el rincón
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente
aquí no quiero mas que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.
yo quiero ver aquí los hombres de voz dura
los que doman caballos y dominan los ríos
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales
aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra
delante de este cuerpo con las riendas quebradas
yo quiero que me enseñen dónde está la salida
para este capitán atado por la muerte
yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros
que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado
no quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva
vete, Ignacio: no sientas el caliente bramido
duerme, vuela, reposa: también se muere el mar