se lo preguntan a un sabio
cual de los dos perdió más
si el que comió de sus carnes
o el que publicó su mal
compañero, si me muero
la casita de los locos
ha de ser tu paradero
me senté sobre tu cama
lágrimas como garbanzos
me caían por la cara
válgame Dios
qué duro eres
de corazón