al compás del martillo
un gitano cantaba
de su pecho era el yunque
de un querer que forjaba
al pasar junto a tu vera
a la cara me miró
y poniendo el alma entera
Santiago asi cantó
gitana
gitana blanca
rayo de sol
merecías de bronce
tus carnes morenas
como el mismo metal
se te caigan de gangrena
la boca con que me riñes
la manita con que me pegas
vas a morir rabiando
no vas a tener más pan que comer
que el que yo te vaya dando
pare usted
ay que bonitos
tiene los pies