espero encontrarte un día
sola en tu fatal destino
y yo estaré quien sabe donde
quizá bebiendo del llanto de mi sino
dos vidas se han fundido a tu capricho
y una muerte no se guarda en cada esquina
unos pies resbalaran al paraíso
de coronas, de flores y de espinas
tiene remedio la esperanza
en el sentir más dulce de mi entrega
y tu ausencia incontrolable se agiganta
como el verso que mana de la pena