eres para mí el reposo
eres para mí el recreo
eres clavel oloroso
y eres el bien que poseo
pobre de mí
que doy suspiros al aire
y el aire se los lleva
y no los recoge nadie
yo tenía, yo tenía
una cadenita de oro
se me perdio el otro día
con grandes fatigas lloro
(estáte) quietecita y no te levantes
que voy a la plaza y vuelvo al instante