Bulerías

Con sabor a cuarto. Chano Lobato

soñé que la nieve ardía
soñé que el fuego nevaba
soñé que tu me querías
mira que cosas soñaba

yo no me di cuenta de que te quería
hasta el mismo día en que te perdí
yo vi claramente lo que te quería
cuando ya no había remedio pa mí

claro que la culpa de que esto acabara
no la tuvo nadie nada más que yo
yo que me reía porque se acabara
y ahora sufro y lloro porque se acabó

mira que te llevo dentro de mi corazón
por la salucita
de la madre mía
te lo juro yo

mira que pa mí no hay nadie
nadie en este mundo nada más que tú
y que mis acais, si digo mentira
se queden sin luz

por ti, contaría la arena del mar
por ti, yo sería capaz de matar
y si es que te miento, me castigue Dios
esto con la mano
en el Evangelio
te lo juro yo

quisiera, cariño mío
que tu nunca me olvidaras
que tus labios con los míos
en un beso se juntaran
que no hubiera nadie en el mundo
nadie que nos separara

ya adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando mi retorno
son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor
y aunque no quise el regreso
tarde o temprano se vuelve al amor
esta es la calle
donde el eco dijo:
tuya es mi vida
tuyo es mi querer
bajo el burlón mirar de las estrellas
que con indiferencia allí me ven volver

volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo platearon mi sien
sentir
que es un soplo la vida
que veinte años no es nada
que, febril la mirada
y errante en la sombra
te busco y te nombro
vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que añoro otra vez

luna que se quiebra
bajo las tinieblas
de mi corazón
¿A dónde irá?
dime si esta noche
tú te vas de ronda
como ella se fue
¿Con quién está?
dile que la quiero
dile que me muero
y que no puedo más
que vuelva ya
que las rondas no son buenas
que hacen daño
que dan pena
que se acaba por llorar