Ramillete de bulerias

Casta

Antonio Moya, Pedro Maria Peña, Gaspar de Utrera

Con un pañolon de pico
la falda y el abanico
candelaria vuelve y va
cantando entre los mineros
alegre como un jilguero
sus cantes de madruga

Ella no vende mas que su cante
y no admite bromas de amor
a mas de cuatro que son tunantes
de los volantes los espacho

Y tengo una pena que no me aguatno
que no me valen las medicinas
de tanto llanto de los tarantos
de Candelaria la de las minas

Tengo vestia de duelo
las penas del corazon
y del color de tu pelo
que es mi desesperacion

A mis enemigos les diera
las penas que me asesinan
aunque por dentro me muera
cantando siempre Candela
ay valgame Dios que pena
Candela la de las minas

Te di un mar que tenia
y to te parece poco
he pensado en regalarte
hasta la Torre del Oro
a ver si calla la boca
y no levantas el pio
a ver si puedo traerte
los cuatro puentes del rio

Dueño soy tu dueño
pidiendo lo imposible
me quitas el sueño
pide que yo te dare
la ultima gota de sangre
a ver si de esta manera
alguna vez te satisface
tu boca es mi perdicion
tu boca es mi Dios te salve
pide por esa boca
y que a los dos Dios nos ampare

Tu
y solo tu
quien lo diria
tu me lo negaste todo todo
yo te di lo que tenia

Cuando se marcha de noche
no le pregunto a donde va
en mis tinieblas me quedo
solo con mi soledad
y le pongo buena cara
cuando regresa a mi vera
hago ver que no me entero
entre despierto y dormido
y despues que le voy hacer
si me duele la carne
y los huesos de tanto querer
las ducas que yo he pasao
no se las deseo
ni al mas enemigo de mis enemigos
para que lo sufriera
me da despierto la una y las dos
y me voy clavando como dos puñales
las dos manecillas que tiene el reloj